miércoles, 29 de junio de 2016

Un copiloto que, más que un copiloto, sea tu compañer@ de viaje

La vida es un viaje, un viaje en el que aprendemos, reímos, lloramos, nos enfadamos y nos alegramos, en el que sufrimos pero en el que también disfrutamos, en el que estudias y trabajas para llegar a donde quieres, en el que maduramos y, aun así, a veces nos divertimos como niños.

Pero este viaje no puedes hacerlo solo, en este viaje encontrarás a un gran número de personas, y serás chófer de muchas que subirán y bajarán del asiento de atrás, pero lo que siempre necesitarás es un fiel copiloto.

Un copiloto que te guíe, que te mantenga despierto, que te dé conversación en los trayectos largos y que cambie la música de tu viaje para quitarle la monotonía.

Un copiloto que te haga más ameno el camino, que esté dispuesto a acompañarte donde sea en todo momento, que no te deje tirado cuando tienes que cambiar una rueda.

Un copiloto que escuche tus quejas y aplauda las buenas maniobras, que te ayude a aparcar y que no te grite cuando te equivocas de calle, si no que te busque la mejor ruta para volver a encaminar tu destino.

Un copiloto que sea más que un simple copiloto, un copiloto para el que viajar contigo sea una prioridad...

Un copiloto que, más que un copiloto, sea tu compañer@ de viaje.

jueves, 19 de mayo de 2016

Ese momento en el que soy feliz

Los largos dias han pasado, la ilusion se nota, las ganas se palpan en el ambiente. Hay nervios, hay ansia, hay necesidad, hay deseo... la espera y aguantar la distancia van a merecer la pena y a quedar en un segundo plano, ya nada importa eso.
Aumentan los nervios, las ganas van a explotar, la distancia se minimiza, ya no se podia soportar la situacion, la cuenta atras termina, al fin se acerca el gran momento...
Ese momento en el que se para el tiempo.
Ese momento en el que llevas pensando días y dias.
Ese momento en el que la distancia es nula.
Ese momento en el que nada más importa.
Ese momento en el que todo desaparece.
Ese momento en el que estamos solos tu y yo.
Ese momento en el que todo se detiene.
Y es en ese momento en el que soy realmente feliz.

domingo, 24 de enero de 2016

Escuchar: un gesto muy pequeño, que puede ser un mundo para otros

Vivimos en una sociedad en la que parece que la gente no tiene empatía alguna, parece que las masas se mueven buscando únicamente el beneficio personal de cada uno de los individuos que las forman, parece que a nadie le importa si pisotea a otra persona para lograr sus objetivos o si las circunstancias que pasa otra persona la  hacen estar limitada, parece que ayudar está mal visto y que sentir un ápice de solidaridad está penado por la ley...

Creo que todo eso debería cambiar, que deberíamos concienciarnos, tratar de ser más solidarios, tratar de ponernos en la piel del otro y hacer lo que esté en nuestras manos por ayudar. Hay mucha gente, cercana a nosotros, entre nuestro familiares y amigos, incluso algún conocido, que tienen problemas, que pasan una mala racha o que quieren soltar lo que llevan dentro, y lo único que necesitan es alguien que les animes, que les de un consejo una opinión, que les saque de fiesta, que les lleve  a dar un paseo charlando para no pensar en el tema o simplemente alguien que les escuche y les deje desahogarse, algo tan sencillo como eso... 

¿Y de verdad es tan difícil? ¿Tanto cuesta escuchar a la gente? ¿Tan difícil es preocuparte por alguien y hacer que se sienta mejor? Sinceramente, yo creo que no, y no sólo lo creo, estoy seguro al 100%.
Escuchar a alguien no es una tarea pesada, escuchar a alguien es preocuparse por una persona cercana, es ver que le pasa, que le atormenta y dejar que lo suelte todo y se sienta mejor, es dedicar un rato a una persona que lo necesita y que agradecerá esa media hora o esa hora durante muchísimo tiempo... Que si una noche no ves la serie que te gusta, o no cotilleas las redes sociales o no estas jugando a un videojuego hasta las tantas y empleas ese tiempo en tratar de animar a alguien y hacer que se sienta reconfortado, no pasa nada, la serie, la red social y el videojuego van a seguir ahí después, mañana y toda la semana, la oportunidad de ayudar está en ese momento y si dejas que la otra  persona se hunda, mañana a lo mejor es tarde para reflotarla....

Así que vamos a pensar un poco más en quienes nos rodean, vamos a ponernos en la piel de las personas que tenemos cerca, vamos a tratar de ayudar (que sienta bien) y sobre todo vamos a escuchar, porque escuchar es un gesto muy pequeño pero puede ser un mundo para otros...

sábado, 23 de enero de 2016

Las apariencias, tópicos y prejuicios engañan

Muchas veces juzgamos los libros por su portada cuando lo realmente  importante está en el interior, salvo que queramos usarlos como mero elemento decorativo. Lo mismo hacemos con las personas, muchas veces por apariencias o por tópicos sobre su profesión o lo que estudia nos creamos una imagen completamente errónea y alejada de la realidad.

No todos los matemáticos son unos paliduchos empollones antisociales, ni todas las personas que estudian magisterio tienen pocas luces, ni todos los psicólogos saben afrontar sus problemas, ni todos los deportistas llevan una vida sana, no  todos los empresarios abusan de sus trabajadores, igual que un médico no tiene porqué vestir de punta en blanco y completamente formal... y así con un largo etcétera de ejemplos, todos ellos clichés y tópicos que tenemos asumidos y que no siempre son ciertos.
Hace falta conocer a una persona para poder opinar sobre ella, cada día lo tengo más claro y es que te puedes llevar gratas sorpresas, no todo en esta vida es lo que parece, a veces para bien y a veces para mal, pero nunca es lo que imaginas.

Podemos encontrar matemáticos fiesteros, maestras con una inteligencia envidiable, empresarios que tratan a sus empleados como a su familia, psicólogos hundidos en sus problemas y médicos con tatuajes y camisetas de Metallica que se preocupan lo mismo o más por sus pacientes que el de las apariencias formales....

Y es que, las apariencias, tópicos y prejuicios engañan.

Mi proposito es no ilusionarme

Muchas veces nos ilusionamos con algo, nos aferramos a ello y ansiamos que sea de tal manera y tome la dirección que nosotros queremos, pero desafortunadamente no siempre las cosas son como nosotros queremos y deseamos. A veces, lo que sucede es precisamente lo contrario, si buscabamos blanco encontramos negro, si damos girasoles sólo nos devuelven las cáscaras peladas de las pipas, si pedimos calor nos dan frío....

Por eso he optado por no ilusionarme, no si veo que no me es correspondido, no si no recibo, al menos, una parte de lo que siembro, no si pido agua y me dan desierto, no si doy mucho y no recibo nada... No quiero ilusionarme sin motivo y por algo que no me lleve a nada...

Cansa el llevarse una desilusión, cansan las negativas cuando esperas algo y confiabas en tenerlo pero al final tienes sólo aire, cansa perseguir algo que parece correr mas cuando te acercas.... Todo cansa, por mucha paciencia y perseverancia que tengas...
Así  que mi proposito es no ilusionarme y vivir el momento, sin pensar en nada más y dejando que todo fluya.